La esencia de
Facebook es muy sencilla: es una red que conecta
personas con personas. Cuando abres una cuenta en Facebook, entras en una
red social que conecta a amigos, familiares y socios de negocios.
Aunque
Facebook ha estado y sigue estando orientado, sobre todo, a las personas, con
el tiempo, las marcas, también han ido adquiriendo un peso importante a través
de las páginas de Facebook.
Sin embargo, el espíritu de la red sigue siendo un espíritu muy
orientado a las vidas personales, algo que
precisamente las marcas deben tener muy en cuenta si quieren “enganchar” a los
usuarios.
En ese
sentido, las funcionalidades más importantes son las que te permiten encontrar
amigos con el buscador de amigos de Facebook
para conectarte con ellos e interactuar: contarles cosas de ti (tu
estado de ánimo, cosas que te han pasado, etc.), compartir
recursos (páginas web, fotos,
etc.) o incluso realizar encuestas.
El
crecimiento de Facebook ha sido simplemente espectacular.
Todas estas
actividades tuyas quedarán reflejadas en la línea del
tiempo de tu biografía (lo que antes se
conocía como “el muro” de Facebook) y,
según el nivel de visibilidad que le hayas
dado a cada entrada, estarán visibles para más o menos gente. Podríamos decir
que en ese sentido la biografía y la línea del tiempo funciona como el historial de
posts en un blog.
Por otra parte, Facebook es un lugar muy visual donde
las fotos tienen mucho peso. Comentar las cosas que has hecho (eventos en los
que has estado, una buena compra en una tienda, quedadas con amigos, etc.) y
acompañar estos relatos de fotos es la actividad por excelencia que
los usuarios realizan en Facebook. Aquellas fotos que quieras destacar además
de una manera más permanente las puedes organizar en tu colección personal de álbumes de fotos que
se expondrá en la biografía.
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